
Tenía que pasar: por fin llevamos nuestro show Tributo de Elvis de Graceland Groove Revival a la Sala Establo. Y sí, ese lugar pide rock a gritos. Entre madera, botas y ese aire country que lo empapa todo, no había mejor escenario para sacar la parte más salvaje de Elvis.

La idea era montarlo fuera, a pleno mediodía, pero la amenaza de lluvia nos metió dentro. ¿El resultado? Una descarga más cercana, más sudorosa y con la gente a un palmo del escenario. Perfecto para sentir cada golpe de batería, cada rugido de guitarra y cada coro como si estuviéramos todos en el mismo garito.

Y claro, hubo sorpresas: Sergio Morote se colgó el banjo y nos marcamos un “I Was Born About Ten Thousand Years Ago”. Sonó crudo, sonó distinto, sonó brutal… El público lo celebró como se merece: con palmas, gritos y sonrisas de esas que valen más que cualquier aplauso.

La tarde dio para todo. Mucho baile, cumpleaños en mitad del concierto, risas, guiños y hasta improvisaciones que sólo pasan cuando la sala vibra de verdad. Como cuando nuestro guitarra se quedó tirando del concierto con una cuerda menos, y se ganó el respeto de todos a base de pura garra.

Gracias enormes a la asociación ACWV que nos invitó y, a Saimon y Antonio, que llevan la Sala Establo como dos auténticos capitanes del rock. Nos hicieron sentir como en casa, pero con volumen a once.

Fue una tarde de esas que no se olvidan: sudor, risas y rock’n’roll en vena. Justo como nos gusta.
¡Larga vida al rock and rock, larga vida a Elvis!